¿Por qué te quedas en una Relación Dañina?
¿Alguna vez te has preguntado por qué sigues en una relación que no te hace feliz? A veces, el miedo a la soledad, la esperanza de que el otro cambie, o la comodidad de lo conocido puede hacer que nos quedemos en un lugar que nos hace daño. Explora cómo dar los primeros pasos hacia relaciones más sana.
Laura Peiró
10/25/20243 min read
¿Por qué te quedas en una relación que te hace daño?
Estar en una relación dañina no siempre es una decisión consciente; muchas veces, permanecemos sin darnos cuenta de cuánto afecta nuestro bienestar. Las razones pueden ser complejas, y entenderlas es el primer paso para liberarse de estos patrones y buscar una relación que realmente sume a nuestra vida. Aquí exploramos algunas de las razones más comunes por las que puedes seguir en una relación que no te hace bien:
1. Temor a estar sola
El miedo a la soledad puede ser paralizante. La idea de enfrentar el día a día sin la compañía de una pareja muchas veces parece más aterradora que el dolor o el conflicto que esa misma relación causa. Esta sensación puede llevarnos a aferrarnos a alguien, aunque nuestra intuición nos diga que merecemos algo mejor. Pero la soledad no es enemiga, es una oportunidad para conocerte y redescubrirte, por lo tanto, sin lugar a dudas, en este caso (y en realidad casi en cualquier caso) "mejor sola que mal acompañada".
2. Esperanza de que la otra persona cambie
Es muy común aferrarse a la esperanza de que esa persona finalmente cambiará, de que algún día empezará a tratarte como necesitas. Este pensamiento nos mantiene en una espera constante y a veces sin final, esperando que se rompan patrones que ya han demostrado ser difíciles de cambiar. Las personas cambian si así lo desean, pero no porque tú lo esperes o insistas. Considera si estás posponiendo tu bienestar esperando algo que podría no llegar.
3. Acomodarse en la relación
A veces, simplemente nos acomodamos a la rutina y la estabilidad que da una relación, incluso cuando sabemos que ya no somos felices en ella. Romper con la comodidad requiere mucha energía emocional, y a veces preferimos aceptar una situación que nos mantiene en un área familiar, aunque sea dolorosa.
Pregúntate si tu comodidad actual vale la pena el precio de tu paz y felicidad a largo plazo.
4. Discutir se vuelve normal
Cuando una relación está llena de conflictos, podemos llegar a aceptar las discusiones como parte de la dinámica. El problema es que lo que antes era inaceptable, con el tiempo, se convierte en parte de nuestra “normalidad”. Nos resignamos a esta situación, en lugar de ver que una relación saludable no debe ser un campo de batalla. Las relaciones sanas tienen conflictos, pero no giran en torno a ellos. ¿Es el conflicto la base de tu relación? Entonces puede ser hora de replantearte lo que necesitas para sentirte en paz.
5. Falta de autoestima y sentido de valía
Cuando no nos sentimos valiosas o merecedoras de una relación sana, podemos conformarnos con relaciones que no nos tratan bien. Si no reconoces tu propio valor, es más probable que toleres comportamientos dañinos. Cultivar una relación sana contigo misma te ayudará a no conformarte con menos de lo que mereces. Cuidar tu autoestima depende de ti.
6. La pasión se hace adictiva
En relaciones complicadas, la montaña rusa emocional puede volverse adictiva. Las emociones intensas, tanto las buenas como las malas, nos atrapan en un ciclo de expectativa y desilusión. Esta adrenalina constante puede confundirse con amor y conexión profunda, pero en realidad es un patrón de dependencia emocional. La estabilidad y el respeto también pueden ser emocionantes. ¿Te has preguntado cómo sería experimentar una relación donde la calma y la seguridad sean lo más habitual?
Mereces algo mejor
Es importante recordar que una relación no debe ser la única fuente de felicidad y plenitud en tu vida. En una relación sana, ambos miembros de la pareja crecen juntos y se nutren mutuamente, sin depender del otro para sentirse completos.
Si sientes que alguna de estas razones resuena contigo, es una señal para comenzar a reflexionar. Pregúntate si estás realmente en una relación que te permite crecer o si estás estancada en un vínculo que te drena. Date el permiso de priorizarte y de buscar una relación donde puedas ser tú misma y sentirte plenamente valorada. Si necesitas ayuda para comenzar este proceso, no dudes en buscar el apoyo adecuado.
Recuerda: mereces una relación que te sume, que te apoye y que te permita ser la mejor versión de ti misma.
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