Qué es Poner Límites en Una Relación

Cuando estamos conociendo a una posible relación de pareja es muy importante saber diferenciar entre poner límites y expresar lo que no nos gusta. Es la única manera de darnos a conocer con honestidad.

Laura Peiró

9/25/20243 min read

a close up of a flower with a bug on it
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Muchas mujeres buscan una relación de pareja sana y estable, pero con frecuencia se encuentran en dinámicas donde no se sienten escuchadas o respetadas. Un error común es confundir expresar lo que no nos gusta con poner límites. Aunque ambos son importantes, no son lo mismo, y entender esta diferencia es clave para atraer relaciones más equilibradas y satisfactorias.

Expresar lo que No Nos Gusta: Un Primer Paso

Expresar lo que no te gusta es esencial para una buena comunicación en pareja. Es el acto de compartir tus preferencias, incomodidades o frustraciones con la esperanza de que la otra persona las tome en cuenta. Por ejemplo, podrías decir: “No me gusta que no me avises si llegarás tarde” o “Me incomoda cuando me hablas de manera brusca”. Esta comunicación es útil para abrir un diálogo, y permite a tu pareja entender mejor cómo te sientes.

Sin embargo, simplemente expresar lo que no te gusta no garantiza que la otra persona modifique su comportamiento. Aquí es donde muchas mujeres se sienten estancadas: pueden expresar lo que les molesta repetidamente, pero sin ver cambios significativos. Esto puede llevar a la frustración y al sentimiento de que tus necesidades no son una prioridad en la relación.

Poner Límites: Protege tu Bienestar Emocional

Poner un límite es mucho más que decir lo que te incomoda. Es una declaración clara sobre lo que no estás dispuesta a tolerar y una indicación de cómo actuarás si se cruza esa línea. Los límites no dependen de que la otra persona cambie, sino que se centran en cómo te cuidarás a ti misma si el comportamiento no cambia.

Por ejemplo, si has expresado que no te gusta que tu pareja te hable de manera despectiva durante las discusiones, pero continúa haciéndolo, poner un límite podría sonar así: “Si me vuelves a hablar de esa manera, me retiraré de la conversación hasta que podamos hablar de forma respetuosa.” En este caso, no solo estás expresando tu incomodidad, sino que también estás estableciendo una consecuencia que protege tu bienestar emocional.

Los límites son una forma de autocuidado. No son un intento de controlar al otro, sino una manera de asegurarte de que tus necesidades y emociones sean respetadas. Si la otra persona cruza el límite, ya sabes cómo responder para cuidarte.

¿Por Qué los Límites son Clave para Relaciones Saludables?

Muchas mujeres evitan poner límites por temor a parecer exigentes o a perder a la otra persona. Sin embargo, las relaciones que prosperan en la falta de límites suelen estar marcadas por el desequilibrio, la falta de respeto y, en última instancia, el resentimiento.

Cuando estableces límites claros, estás demostrando que valoras tu bienestar y que mereces ser tratada con respeto. Las parejas saludables no solo respetan estos límites, sino que también valoran a alguien que sabe cuidar de sí misma. Las relaciones basadas en límites claros tienen más probabilidades de ser equilibradas y respetuosas, ya que ambas partes saben lo que se espera y lo que es inaceptable.

Ejercicio para Definir y Poner Límites

Este ejercicio te ayudará a identificar y practicar la aplicación de límites en tus relaciones.

  1. Reflexiona: Piensa en una relación pasada o actual donde hayas sentido que tus necesidades no fueron respetadas. Anota un momento específico en el que te sentiste frustrada o ignorada. ¿Expresaste lo que te molestaba o esperaste que la otra persona cambiara por sí sola?

  2. Identifica tus valores: Los límites efectivos están basados en tus valores más profundos. Haz una lista de tres valores que sean importantes para ti en una relación (por ejemplo, respeto, honestidad, seguridad emocional). Estos valores te guiarán para determinar qué límites son necesarios para ti.

  3. Define un límite claro: Elige una situación en la que te haya costado poner un límite y escribe una frase que establezca claramente ese límite. Por ejemplo:

    • “Valoro el respeto. Si continúas gritándome durante una discusión, terminaré la conversación hasta que podamos hablar con calma.”

    • “Valoro la honestidad. Si me mientes otra vez, necesitaré reevaluar nuestra relación y tomarme un tiempo para mí.”

  4. Practica cómo lo aplicarás: Ensaya mentalmente cómo aplicarías ese límite en una conversación real. No tienes que ser agresiva o confrontativa; lo importante es ser clara, firme y coherente.

Conclusión

Expresar lo que no te gusta abre la puerta a la comunicación, pero los límites son los que garantizan el respeto y el bienestar. Poner límites es un acto de amor propio y te ayuda a crear relaciones más saludables y equilibradas. Al aprender a establecer límites, no solo proteges tu bienestar emocional, sino que también atraes relaciones que valoran el respeto mutuo y el crecimiento conjunto.

Recuerda, una relación sana es aquella en la que ambas personas respetan y cuidan los límites del otro. No tengas miedo de poner límites; quienes te valoran serán aquellos que respeten tus necesidades.